Pablo Zareceansky es el presidente de QUEPO, una fundación que trabaja en la comunicación y en la producción audiovisual, con fines de transformación social. Zareceansky impartió el Seminario Permanente del 5 de abril, donde explicó el desarrollo del proyecto Refugio por género, que busca sensibilizar y promocionar los derechos de las personas forzadas a emigrar por cuestiones de género. Surgió de la iniciativa de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), una organización independiente y de acción humanitaria, que lucha contra la discriminación por razón de género u orientación sexual.
En Refugio por género se abarca el feminicidio, la violencia machista, la mutilación genital femenina, los matrimonios forzados, los crímenes de honor y la discriminación LGTBI, entre otros. El trabajo se ha centrado en la creación de una pieza audiovisual, para la que se ha buscado un concepto universal, es decir, un vínculo para toda la humanidad. Este vínculo es la identidad y facilita la empatía. El concepto universal permite huir de ideologías y conectar con algo muy humano. Para ello se han empleado seis testimonios, que ayudan a comprender esta realidad. No obstante, no se puede sacar a refugiados reales por cuestiones de seguridad, por lo que se ha recurrido a actores.
Esta herramienta audiovisual posee una cualidad sensibilizadora capaz de incidir en el enfoque de periodistas obsesionados con los datos y la información, tal y como explicó Zareceansky. Finalmente, se optó por una campaña de sensibilización, no de comunicación. La sensibilización necesita una mayor profundización y va más allá de lo viral. El lema es: «ni por una guerra, ni por ideología, raza o religión. Muchas personas que buscan refugio lo hacen por motivos de género». En este caso, se ha hablado de supervivientes, una connotación positiva, y no de víctimas.